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miércoles, 23 de enero de 2013

El parapente




  ¿Que es un parapente?
Un parapente es una aeronave construida sólo de tela y cuerdas con el que es posible despegar y aterrizar de pie (sin ruedas). La campana tiene forma de ala, con un perfil igual que los de los aviones, y, al igual que las de estos, proporciona sustentación a partir de cierta velocidad.
Abierta, el ala tiene una superficie cerca de 30 metros cuadrados. Plegada, la puedes meter junto con los accesorios (botas, casco, abrigo,...) dentro de una mochila grande.

¿Que diferencias hay entre un parapente y un paracaídas?
La diferencia esencial es el uso al cual está destinado: el parapente es para salir a volar desde una montaña, o remolcado con un cable, y volar tanto rato y tan lejos como sea posible. El paracaídas es para abrirlo después de un rato de caída libre y bajar lo más rápidamente posible (dentro de unos límites, claro) hasta el campo de aterrizaje para poder volver a hacer otro salto. Esta diferencia esencial en el uso que se les pretenden dar ha hecho que, desde un origen común, el parapente y el paracaídas hayan evolucionado hasta convertirse en aparatos completamente diferentes. Si intentásemos abrir un parapente para detener una caída libre reventaría. Por otra parte, un paracaídas no nos permitirá hacer los vuelos que se pueden hacer en parapente, ya que si un parapente tiene una relación de planeo de 7:1 (avanza siete metros por cada metro que cae), los paracaídas a duras penas llegan a 3:1.

¿Como se dirige?
Llevas en las manos dos anillas que están unidas a la parte de atrás del ala (borde de fuga). Al bajar la mano izquierda, se baja la parte izquierda del borde de fuga. Esto hace que la parte izquierda del ala se frene y gire a la izquierda. Tirando de las dos anillas al mismo tiempo frenas, y volviendo a levantar las manos aceleras.
El parapente tiene una propiedad especial que no comparte con ninguna otra aeronave: al dejar los mandos se coloca inmediatamente recto y vuela en línea recta. Esto hace que sea la aeronave más fácil de pilotar, pues no exige tanta sensibilidad en los mandos como, por ejemplo, un ala delta o una avioneta.

¿Puedo volar muy alto? ¿Y muy lejos?
En los Pirineos es habitual volar a 3.500 ó 4.000 metros de altura. En Sierra Nevada se ha llegado hasta los 5.500. En algunas zonas de vuelo de Sudáfrica es habitual llegar a los 6.000 metros.
Pero el verdadero objetivo de los pilotos, y el motivo por el cual se molestan en ganar estas alturas astronómicas (¡con el frío que hace!), es volar lejos y hacer grandes recorridos. El récord de Cataluña de distancia lo tiene Josep Antòn Solís con un vuelo de 142 Km. desde Àger (cerca de Balaguer) hasta Molló (cerca de Camprodon). El récord del mundo pasa de los 500 Km.
Evidentemente, para conseguir estas distancias se requiere habilidad y experiencia. Los vuelos de los principiantes, siempre de bajada, difícilmente pasan de los cinco o seis kilómetros que pueden separar el despegue del aterrizaje.

¿Cuanto dura un vuelo?
El record de permanencia sobrepasa las 24 horas, y la Federación Aeronáutica Internacional (organismo dedicado a estos asuntos) ya no acepta récords en esta categoría.
Los buenos pilotos vuelan entre dos y ocho horas cada día bueno de verano. Los vuelos de los principiantes no acostumbran a durar más de doce minutos.

¿Donde puedo despegar y aterrizar?
Es posible salir de prácticamente cualquier sitio inclinado suficientemente libre de obstáculos. Prácticamente todas las cimas del Pirineo, por ejemplo, son "volables".
El aterrizaje en parapente es, a causa de su baja velocidad, mucho más fácil que en ala delta o en planeador. Un buen piloto puede aterrizar fácilmente en un espacio de 15x30 metros, siempre y cuando no existan demasiados obstáculos alrededor.

¿Es seguro?
La seguridad en parapente depende de la buena formación del piloto y de la adecuación del ala y las condiciones meteorológicas a su nivel. Volar con una formación insuficiente, con una vela demasiado difícil, o en condiciones que te superan puede ser muy peligroso.
Los accidentes en la escuela prácticamente se han suprimido en los últimos años gracias a la profesionalización de los instructores. Los vuelos en escuela, realizados con alas fáciles de pilotar y siempre en condiciones de aire en calma, comportan un riesgo mínimo. La cualidad de la formación, y un cierto control de los pilotos recién salidos de la escuela gracias a un sistema de titulaciones, hacen que los accidentes entre los principiantes hayan disminuido en los últimos años a niveles realmente bajos, a pesar de que la posibilidad de un accidente sigue, evidentemente, existiendo.
Otra cosa es el vuelo preferido por los pilotos de alto nivel y los competidores, en condiciones térmicas y turbulentas. El parapente no se comporta especialmente bien en estas condiciones y se necesita mucha experiencia y pericia para controlar determinadas situaciones. Manteniendo siempre una altura prudencial (100 metros o más) garanterizaremos nuestra seguridad, pero volar bajo estas condiciones puede ser realmente peligroso. Cada año, aproximadamente un 2% de los competidores en activo sufren un accidente necesitando asistencia médica. Igual que en otros deportes de riesgo, como el motociclismo o la escalada, el deportista escoge el riesgo que está dispuesto a correr.